jueves, 21 de junio de 2007

La huida

Ya estaba yo tardando en poner unas letras sobre el maestro, don Manuel Vázquez Montalbán, que está en la gloria celestial y en la literaria.

Puesta a decir algo de alguna de sus obras, me quedo con "Los mares del Sur", que es la novela de la huida, la que nos toca la fibrita a quienes alguna vez hemos pensado en mandar todo a la porra y salir por patas; o sea, a la humanidad entera.

Pero la huida de Montalbán no podía ser tan vulgarota como la de Gauguin, que se fue a las islas Marquesas. ¡Menudo hortera! La huida de Stuart Pedrell, el protagonista, un diletante de la altísima burguesía barcelonesa, es a un barrio obrero de su propia ciudad, a los bloques de minipisos que su propia empresa había construido, a los brazos de una sindicalista rojaza con vaqueros, jersey de lana y pelo corto. A donde nadie iba a buscarlo, a fin de cuentas, pero donde el gran Carvalho, cómo no, lo encuentra.

Montalbán tiene la genialidad de titular "Los mares del Sur" una novela que no sale de Barcelona y nos pasea, además, por el lado duro de la periferia. Yo, como Carvahlo, tengo "cierta debilidad por los afectos míticos" y por eso me enternezco con los barrios de parques de cementazo sin hierba, tienditas sin globalizar y tascas con banderines de fútbol.

Stuart Pedrell huyó de una vida maravillosa, de ser rico antes de nacer, de una buena familia, una hermosa casa, de ser mecenas de artistas. Quiso tener la vida que le habían negado, la de los pobres, y se fue a por ella.

Con todo eso sólo se puede hacer una novela intensa que, por si fuera poco, tiene un par de paginitas dedicadas al género negro: era 1979 y todavía había que defenderlo de las acusaciones de fascismo y ambigüedad moral.


Technorati tags

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando estoy en Lejona vivo en uno de esos barrios con parques de cemento y tascas con banderines del Athletic. No sé cómo no he criado sarpullidos aún ;-) Aunque acostumbrado como estoy a mi Lapice original (Irún) prefiero lo verde y la fresca fronda. (Ya sé que no tiene que ver con el artículo apenas, pero así calmo el nerviosismo que cualquier declaración provoca, sobre todo si es a Hacienda).

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

La de parques de cemento que nos hemos tragado como símbolo de prosperidad frente a los descampados de barrio. Montalbán esté en la gloria.

Anónimo dijo...

Estupenda novela; entre otras cosas, llama la atención ver a un tipo como Carvalho mostrando tanta sensibilidad a un perrito.
Magnífica, y con mucha enjundia.

Anónimo dijo...

Esa no la leí; miraré en la biblioteca a ver si la tienen.

Lucía dijo...

Montalbán es de lo mejores escritores de novela negra.
Un abrazo.

Rouge dijo...

Montalbán es nuestro padre espiritual, y todavía más íntimo

Alorza dijo...

Es una de mis favoritas, pero siempre detrás de la inigualable "La soledad del manager". Para mí, simplemente una de las mejores novelas españolas del siglo XX.

Alberto López Cordero dijo...

Uuuuas, que se me pone la piel de gallina con ese libro y con don Manuel Vazquez. He leido casi toda la serie Carvalho y muchas de sus excelente obras fuera del peculiar detective como Galíndez, El pianista, Y Dios entró en la Habana, Un polaco en la corte del rey Juan Carlos, el estrangulador, etc, etc, etc, etc y más etcéteras.
Una pena su prematura muerte, curiosamente el día antes había comprado una de sus últimas novelas Erec y Enide que aún no he leido y ya va para cuatro años.

Noemí Pastor dijo...

El barrio obrero es una parte muy importante de la novela; todo lo que tiene que ver con él, tiene que ver con la literariedad y perdonadme la pedantería. Carvalho es una creación inigualable e intuyo que san Manuel Vázquez Montalbán dará para varios artículos. Ya va siendo hora de releer unas cuantas de sus novelas. De "La soledad del mánager" recuerdo una frase memorable: "Una de las ventajas de de vivir solo es que se puede cagar con la puerta del baño abierta". ¡Poesía pura!

Francisco Ortiz dijo...

Una de mis novelas preferidas desde que la leí. No he hablado de ella en mi blog aún porque me cuesta mucho hacerlo de un libro tan querido. Me gusta mucho tu texto.

Noemí Pastor dijo...

Eres muy amable, Francisco. Siempre me han interesado las huidas y los paraísos, que, como el DNI, son personales e intransferibles.