miércoles, 6 de marzo de 2013

Un feliz reencuentro

En mayo del año pasado, como ya os conté, las buenas gentes de Reino de Cordelia me hicieron llegar un ejemplar de La canción del perro, de James McClure y servidora de ustedes, que acumula más libros de los que puede asumir, no ha empezado a leerlo hasta hace bien poco.

Con todo, la espera ha merecido la pena y mi encuentro con McClure ha sido un feliz reencuentro con lo mejorcito de los clásicos del género.

No será esta la única entrega que dedique a la novela, así que comencemos por su colorido estilo figurado, plástico, burlón, directo, eficaz. Voy a dejarme de adjetivos y a poner ejemplos.

... un ombligo saliente como el nudo que cierra un globo rosa.
(...)
... fugaz como los malos pensamientos de una monja.
(...)
... una calva como la de la alfombra del recibidor de una pensión barata.
(...)
Frunció el ceño como intentando concentrarse en un concepto revolucionario.
(...)
Está tan agotado que camina como un hipopótamo con hernia.
(...)
Provocó un sonido como una salida nula en un campeonato de natación para discapacitados borrachos.
(...)
Tenía delante un asnal surtido de urbanitas con pantalones cortos, rodillas rojas, chanclas y guirnaldas de cámaras con teleobjetivos, como si cada uno tuviese una erección múltiple.

Tengo más, pero igual lo dejo para otro día.

6 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Yo he oído lo mejor de lo mejor de este libro y ¡¡Lo tengo!! Pero el mío también está a la espera.

Uno dijo...

No me digas mas. Lo compro mañana mismo. Es mi hombre.

Un abrazo

Noemí Pastor dijo...

Hola, LOQUE. Yo todavía lo tengo entre manos y qué buenos ratos me está proporcionando en el transporte público. Yo de ti lo adelantaba unos cuantos puestos en la cola. Besos.

Noemí Pastor dijo...

Hola, UNO. Soy un hacha promocionando libros. No sé cómo no me contratan para vender enciclopedias y biblias puerta a puerta.
Oye, que sepas que no sé qué demonios (me) pasa, que no puedo dejar comentarios en tu blog. A ver si investigo. Besos.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Vaya colección de comparaciones. Va a dar juego aunque solo sea por este desvarío ;-)

Noemí Pastor dijo...

Hola, JULEN. Es una especie de realismo mágico sudafricano. Ya te contaré más cosas.